“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombreAdmirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”
Isaías 9:6
Ya había sido anunciada su llegada por losprofetas (Isaías 42, 49,50 y 53, Zacarías 6, Zacarías 9:9-13, Jeremías 33:14-18, Oseas 3:5). Se le llamaría Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz; Aquel que restauraría el reino de Dios.
Se esperaba que naciera en un vientre de linaje escogido por los hombres, pero fue nacido de linaje escogido por el Espíritu Santo. Se esperaba que fuera acogido por un lecho en un palacio, pero encontró calor en un pesebre. Sin saberlo aquel día, toda la creación alabó al más grande de todos los tiempos, invitando a unos cuantos escogidos a regocijarse en la presencia del más grande Rey que finalmente había llegado. Dios les había prometido que algún día sus ojos verían nacido al Mesías y una vez más la espera no es defraudada. El mundo finalmente se regocija y hay luz en las tinieblas. ¡El enemigo tiembla y se retuerce!, este es el día en que ha nacido Aquel que recuperara a la humanidad, Aquel que ha descendido de Su trono para librar la más grande batalla:
Jeshua es Su nombre, y es
El único con poder para
Salvar al mundo; Jehová
Ha dado a Su Hijo Jesús, el
Unigénito; para rescatar
A Su pueblo de las tinieblas.
¡Ohh Emanuel! La creación anhelaba tu llegada. La humanidad ha estado perdida y atada a la perversidad. Bendito este día en el que Jehová ha tenido misericordia, el Dios vivo ha entregado al mundo a Su más preciado tesoro. El más grande dolor que pueda experimentar un padre Él ha estado dispuesto a soportarlo. Su amor es inefable, pues estuvo dispuesto a ver escarnecido al único en el que Su alma encuentra contentamiento.
Dios ha sido fiel a Su promesa, ha enviado a Su Hijo a la tierra para recuperar a la humanidad que se había perdido.
Esta Navidad deberíamos celebrar que un día la humanidad recibió la más grande misericordia, acoger al mismísimo Dios encarnado en la tierra para salvar nuestras perdidas almas. Aunque los expertos en materia afirman que Jesús nació a mediados de Septiembre, este Diciembre celebremos Su llegada al mundo.
Recordemos que la Navidad es el nacimiento de amor y esperanza en un mundo de tinieblas, y no la época en que hacemos notoria nuestra prosperidad o carencia económica. En esta época recordemos que por el más grande héroe hemos sido rescatados. La Navidad celebra que hemos recibido libertad por la llegada de Jeshua/Jesús que es sobre todo nombre.
Este es el verdadero significado de la Navidad, y no precisamente celebrar a un anciano de barba blanca vestido de rojo; sino al héroe que se tiñó de rojo alderramar toda Su sangre por rescatar Su más preciado tesoro, a ti.
Autor: Richy Esparza
Escrito para www.destellodesugloria.org
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